Refuerzo negativo, el incomprendido

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Refuerzo negativo, ese del que casi nadie quiere oír hablar.

Hace ya bastantes años que el adiestramiento en positivo se puso de moda y su demanda no ha dejado de crecer. Cada vez es más frecuente en las llamadas de contacto escuchar cosas como: ¿Adiestráis en positivo?

Lo que sucede es que un buen día el adiestramiento canino trascendió del mundo militar, policial y deportivo al entorno familiar. Por esa época los sistemas de adiestramiento se basaban en la presión en su mayor parte, donde el refuerzo negativo era el rey.
Pero claro, ocurría que esos perros policiales, militares y también los deportivos, eran perros muy duros psicológicamente y rara vez aptos para la vida en familia. En cambio, los ejemplares que se comenzó a adiestrar para el público civil, aun siendo más duros que la media actual, no daban ese perfil policial o militar. Aun así, el adiestramiento civil siguió basándose en el refuerzo negativo. La mayor parte de los perros que se adiestraban, más del 80%, eran Pastores Alemanes. Así el collar de púas era un accesorio imprescindible.

¿PERO QUÉ PASÓ PARA QUE TODO COMENZASE A CAMBIAR?

No fue una sola cosa, ni dos, ni tres y no ocurrió en todo el mundo al mismo tiempo. Pero digamos que los cambios sociales, el aumento del número de perros en las ciudades, el avance de la psicología (no la canina, la rama humana en realidad) y muchos otros  factores que fueron cambiando la sociedad.

Así un buen día apareció en el mundo canino el adiestramiento en positivo (Es una dramatización, no fue en un día y fue un proceso muy largo, pero queremos sentar las bases del cómo y el por qué de esta corriente). Y apareció de la mano de perros haciendo trucos increíbles, de habilidad, destreza e incluso de inteligencia. Pero en ningún caso, atención a esto, para corregir comportamientos no deseados o peligrosos.

Estos trucos y ejercicios impresionantes hicieron que el público demandase cosas similares para sus perros. Entonces fueron viendo que este tipo de trucos se enseñaban ofreciendo al perro una jugosa recompensa (salchichas de frankfurt u otro premio). Esto no era ni más ni menos que el sustituto de los pescados que se les daban, y se les dan, a delfines, focas y leones marinos en los espectáculos acuáticos. Y justo aquí está la clave de todo, en la diferencia sustancial que se evitó contar.

refuerzo negativo
¿CUÁL ES ESA DIFERENCIA?

Ni más ni menos que el libre albedrío, del cual carecen en gran medida los delfines, focas y leones marinos que viven en piscinas.
Aparentemente en esos espectáculos el odiado refuerzo negativo no existe, pero en realidad está muy presente, aunque de formas poco conocidas.

Pongamos un ejemplo:

Queremos enseñarle un ejercicio muy básico a alguno de estos animales acuáticos, por ejemplo tocar nuestra mano con su nariz. Sería un ejercicio muy lógico ya que así después permanecerá muy pendiente del lenguaje de nuestras manos. Tras repetidos intentos, ocurre lo que pretendemos y entregamos varios pescados como recompensa. El siguiente intento  tendrá éxito con menos intentos que el anterior y así sucesivamente, hasta que se produzca de manera inmediata. Podremos acelerar el proceso aplicando una señal sonora previa a la recompensa, por ejemplo un clicker.

La ausencia de libre albedrío hará que cuando el delfín, por ejemplo, se aleje sin tocar nuestra mano, más pronto que tarde llegará a un inevitable punto de retorno. Es decir, sin querer estará de nuevo cerca de nosotros. Recordemos que las piscinas de los parques acuáticos no son mar abierto ni mucho menos. Así sin un refuerzo negativo que impida su huida, el refuerzo positivo comienza a estrechar lazos y a hacerse tan fuerte que su ausencia se convertirá en un refuerzo negativo. ¿Cuál? Ni más ni menos que el rechazo social. ¿Les suena de algo lo que significa ir a contracorriente en nuestro mundo?

Han ido a alguna vez a uno de estos espectáculos y han escuchado algo como: Paquito no está hoy con nosotros, no se encuentra bien, o algo similar. Puede ser que Paquito no haya querido realizar algún ejercicio o que no lo haga con la suficiente destreza y motivación. Entonces se le priva de su baño de masas. Se le ha enseñado a reconocer la recompensa del público y lo que es peor a necesitarla

.refuerzo negativo

¿QUÉ OCURRE CON LOS PERROS Y EL ADIESTRAMIENTO EN POSITIVO, COMO MÉTODO PURO?

Pues que nuestros perros no corren y juegan en piscinas cerradas. Bueno a veces sí, en los parques caninos cerrados. Pero son tan grandes en proporción que nos será imposible recuperar a nuestro perro si él no quiere venir. Por ejemplo.
Digamos que disponen de mucho más libre albedrío que los acuáticos que poníamos como ejemplo.
Por tanto, podremos recompensar muchas cosas en positivo, pero estaremos indefensos ante una mala acción, ante una conducta peligrosa, o ante el propio desafío que todo perro provoca y que consiste en: ¿Y que pasa si no lo hago? Muchas veces lo hacen por pura diversión, pero esto nos puede meter en problemas o incluso poner en riesgo su vida. Cruzando una carretera…

Le pese a quien le pese, el adiestramiento en positivo (en exclusiva) aplicado a perros, no sirve de mucho. Conseguiremos muchas cosas, sí. Pero siempre y cuando que al perro le apetezca obedecer en ese momento.

Recuerden esto:

Nunca conseguirán control y confianza plena en su perro con este sistema de adiestramiento que se vende tan bien.

Imaginen una sociedad humana, global y sin normas de ningún tipo. ¿Les suena Paulov?
Pues bien, las normas o leyes son los requisitos a cumplir para que la campana, que él empleaba en sus experimentos, sonase como antecesor de un episodio agradable.

En esa sociedad (imposible) sin reglas ni leyes, el asesinato no estaría penado, como tampoco lo estaría la venganza y así sucesivamente. Sería un mundo mucho más duro y peligroso, sin duda.

paulov
¿ENTONCES CUÁL ES EL CAMINO, VOLVER AL VETUSTO ADIESTRAMIENTO A BASE DE REFUERZOS NEGATIVOS Y DOLOROSOS?

Por suerte no. Lo llamaremos negativo positivo, por ponerle un nombre. Aunque en realidad es un sistema más viejo que el catarro.

Si haces algo bueno o te comportas como debes, recibes una recompensa. Si por el contrario desobedeces o haces algo malo, recibes una corrección.

Lo que ocurre es que al hablar de refuerzo negativo, las personas tienden a pensar en golpes, collares de púas, collares de impulsos… Pero recordemos que un refuerzo negativo es todo aquello que nos desagrada, molesta o incomoda.

¿Entonces nunca emplearemos collares de púas, por ejemplo?

Nosotros concretamente no lo empleamos nunca, pero no quiere decir que no se pueda. Un moderno collar de impulsos es con mucho, más efectivo y menos dañino. Aun así tampoco los empleamos en el 95% de los perros que por aquí pasan cada año (Unos 200).

¿CUÁNDO EMPLEAMOS ESTOS COLLARES?

Cuando la situación perro-dueños lo requiere por seguridad de la familia o por la del propio animal, que en muchos casos llega aquí como último recurso al sacrificio. Si nos dan a elegir entre sacrificio y collar eléctrico (mal llamado) pues lo tenemos claro. Pero aunque no se lo crean hay personas que optan por el sacrificio antes que por el odiado collar. Y es odiado por el amplio desconocimiento que lo rodea. Es una herramienta muy eficiente si se emplea de forma correcta y todo lo contrario si se hace mal.

¿Qué refuerzos negativos empleamos entonces?

Lo normal es replicar el lenguaje canino, de mordiscos ( a modo de tirones de piel), actitudes de liderazgo y toques informativos.
Lo malo es que en los casos difíciles aplicar esto no está al alcance de cualquiera. Se puede terminar en el hospital con relativa facilidad, por ello será mejor que se ponga en manos de un profesional, para introducir todo esto y poder replicarlo con seguridad.

EN CONCLUSIÓN:

¿Cuál de los dos refuerzos es más importante?

El positivo sin duda, porque asienta las relaciones, la seguridad, la tranquilidad y el placer.
Pero el negativo debe ser conocido por el perro, sobre todo al principio del adiestramiento. Ya que es un refuerzo que pretendemos extinguir en uso. El refuerzo positivo explica lo que está bien y lo que nos gusta. El refuerzo negativo, enseña lo que está mal y lo que nos desagrada. Así cada uno a su manera da el 50% de la información a nuestro perro y este podrá entender todo mucho más rápido.
Será fácil entender entonces que, ya que el refuerzo positivo no enseña lo que está mal, nunca podrá completar una formación adecuada.

Cuando nuestro perro esté “Hecho” veremos con placer que el refuerzo negativo habrá desaparecido de nuestra relación. Pero si no lo aplicamos en nicio, de manera consecuente y ajustada, jamás disfrutaremos plenamente de nuestro perro.

Nota:

Hay muchos estudios de psicología  que establecen en números similares aunque no iguales, que asentar un comportamiento (no se puede lograr con todas las conductas, pero como ejemplo es ilustrativo) con refuerzo positivo en exclusiva requiere de unas 4.000 repeticiones. Si le sumamos el refuerzo negativo esta cifra baja a 40.

Y siempre se debe tener en cuenta que no es lo mismo que nuestro perro sea un adorable Shih Tzu que, por ejemplo, un Pastor Belga Malinois con instintos de guarda y agresión muy altos. Esto se lo solemos explicar a los profesionales de diferentes sectores que nos encargan algún tipo de perro detector. Muchos de ellos han tenido perros toda su vida, pero en el momento de la entrega les decimos esta frase: “Ahora vas a saber lo que es tener un perro de verdad, uno con mayúsculas
Todos sin excepción piensan que ellos ya han tenido perros así, pero al de un tiempo nos llaman y nos confirman que teníamos razón y que no se hacen a la idea de tener otro tipo de perro en el futuro. A pesar de la exigencia que supone tener un perro así.
Todos estos perros sin excepción conocen el refuerzo negativo y tras el profundo adiestramiento rara vez volverán a recibirlo, no así el positivo, que será una constante en su trabajo y en su vida diaria.