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Agresividad canina por miedo.
La agresividad canina por miedo es muy frecuente en todo tipo de razas. Pero podríamos decir que es más frecuente en ejemplares psicológicamente débiles y en aquellos que hayan tenido una inadecuada socialización. Por supuesto las malas experiencias pasadas podrán sumar, más si ocurrieron en etapas cachorriles.
Muchos de nuestros clientes que adoptan perros tienden a justificar este tipo de miedos porque el perro haya sido maltratado en los periodos anteriores de su vida. Lo cierto es que el número de perros maltratados es cada día más bajo y esta no suele ser la causa principal. El principal motivo que desarrolla la agresividad canina por miedo o protectiva suele ser la baja socialización. Aquí nos referimos a los perros que se asustan de prácticamente todo, y sobre todo de las personas. Un perro que no haya tenido oportunidad de ser expuesto al mundo de una forma adecuada es un buen candidato para este tipo de agresividad.
Pero primero de todo vamos a dar las claves principales para identificar este tipo de agresividad. Se suele confundir agresividad por miedo con agresividad canina por desconfianza y son bien distintas.
Los perros pertenecen al grupo de los depredadores y como tales ante una situación comprometida tienen 2 opciones principales:
- Huir para salvar la vida
- Atacar de forma defensiva para salvar la vida cuando huir no es posible
Si pensamos que nuestro perro ataca por miedo, tendremos que ver que la mayoría de las veces opta por la huida. También puede optar por rehuir o esquivar. Y solo optará por el ataque cuando se vea acorralado y le sea imposible huir. Solo entonces podremos hablar de agresividad canina por miedo.
Si la huida no es la primera opción de nuestro perro, seguramente estaremos ante agresividad canina por desconfianza. De esta hablaremos en otro apartado específico.
Este tipo de agresividad es de las más difíciles de rehabilitar, porque el proceso suele ser largo. También tenemos el hándicap de demostrarle al perro que está equivocado y que el mundo no es tan peligroso. Estas demostraciones se deberán hacer de forma progresiva y lo más importante debidamente planificadas. De este modo trataremos de construir una confianza férrea del perro en nosotros que le permitirá avanzar.
No hay un tiempo determinado o límite para que un perro con este tipo de agresividad se rehabilite. Lo que precisamos es paciencia, comprensión y un método profesional. La mejora será muy marcada o evidente al principio y después será más lenta.
Cuando hablemos de los miedos más intensos las terapias por inundación estarán totalmente desaconsejadas. Con ellas solo conseguiremos bloquear al perro y las sesiones no aportarán nada positivo.
En muchas ocasiones, los perros con este tipo de agresividad tienden a refugiarse en huecos o debajo de cosas, enseres, coches etc. Tratar de que salgan de esos refugios improvisados será estresante para ellos y peligroso para nosotros. Cuando esto ocurre debemos tratar de minimizar el estrés todo lo posible para que el perro gane confianza en nosotros. Bajar esos niveles de estrés no suele ser fácil si se carece de experiencia.
Todas las agresividades caninas suelen requerir de ayuda profesional para solucionarlas y esta no es distinta. Pero con esta en concreto es determinante la pronta actuación. Tratar el caso en edades tempranas ayudará a que el perro no estandarice comportamientos y los retroalimente. De este modo su rehabilitación será más rápida y fácil. Otro factor muy importante es el citado estrés. Los perros que sufren altos niveles de estrés de manera prolongada pueden desarrollar otras patologías, como cardiopatías graves.
Tenemos conocimiento de muchos casos en los que el estrés derivó en problemas de salud graves que en la mayoría de los casos suelen ser irreversibles.
Si este es el caso de su perro, le invitamos a que nos llame y le asesoraremos sin compromiso.